En primer lugar hay que aclarar que el objetivo del tratamiento es reducir la dependencia de la corrección óptica y conseguir una visión útil que permita una vida normal sin gafas o lentes de contacto. No todas las cirugías tienen como resultado una visión 20/20. En algunos casos, tras la intervención puede persistir algún defecto refractivo residual como consecuencia generalmente del proceso reparativo corneal. Por ello, algunos pacientes pueden requerir una corrección adicional para obtener una mejor visión en circunstancias determinadas (conducir, ir al cine). Dicho defecto puede ser reintervenido si las condiciones de la córnea lo permiten.


Es necesario recalcar que la miopía es un proceso en muchas ocasiones evolutivo, con y sin tratamiento con láser Excimer. Por tanto, la graduación puede sufrir variaciones a lo largo de la vida tanto en pacientes operados como en aquellos que no lo han hecho. Además, los pacientes mayores de 40-45 años (y todos los pacientes operados al llegar a esta edad), al quedar libres de miopía necesitarán corrección para visión próxima (lo que habitualmente se denomina vista cansada) debido a la disminución fisiológica de la capacidad de acomodación a partir de esta edad.