El insomnio e hipersomnolencia son dos síntomas aparentemente opuestos pero algunas veces intimamente relacionados.

¿Qué es el insomnio?

Es sin duda, la alteración del sueño más frecuente en la población general, y quizás la de más difícil manejo. Es mas frecuente en mujeres y ancianos

Podemos definir 2 tipos de insomnio:

  • Insomnio de inducción (de inicio) es la dificultad para conciliar el sueño (se considera normal hasta 30 minutos), aunque varía con la edad.
  • Insomnio de mantenimiento es la dificultad para mantener el sueño adecuado a lo largo de toda la noche

Según la duración del insomnio este se puede considerar agudo, (desde sólo unos días a pocas semanas), o crónico.

El insomnio de inducción esta relacionado con muchas causas, pero principalmente con problemas de ansiedad, depresión y en general neuro-psiquiatricas.

El insomnio de mantenimiento se relaciona con múltiples enfermedades crónicas orgánicas, pero esta íntimamente relacionado con los Trastornos Respiratorios durante el Sueño. Recientemente se ha publicado varias revisiones extensas sobre el tema.

Hipersomnolencia o somnolencia excesiva diurna

Es la dificultad para mantenerse adecuadamente despierto, muchas veces se asocia con el cansancio diurno injustificado. La principal causa es la privación de sueño (falta de suficiente sueño reparador).

Como se comenta en apartado del sueño normal, se considera recomendable entre 7,5 y 8 horas de sueño diario, pero es frecuente, hoy en día, que la actividad laboral lleve a la gente a dormir menos horas.

Tras esta causa que podemos considerar de habito inadecuado de sueño, existen diversas enfermedades que causan somnolencia.

La principal es el síndrome de apnea del sueño, que a través de interrumpir repetidamente el sueño, provoca un sueño poco reparador.

La narcolepsia y el sindrome de piernas inquietas, son otras de las causas a valorar.

Podemos evaluar la somnolencia de una manera sencilla con el Test de Epworth o con pruebas de sueño (Test de Latencias Múltiples)