Muchos de los síntomas no son lo suficientemente específicos como para decir con certeza si son causados por el linfoma. La mayoría de estos síntomas también pueden ser causados por problemas no tumorales, como infecciones, o por otros tipos de cáncer. Por ejemplo, los ganglios linfáticos agrandados se presentan con más frecuencia debido a infecciones que por linfoma. Debido a esto, los médicos a menudo recetan antibióticos y esperan varias semanas para ver si los ganglios agrandados disminuyen de tamaño.

Si los ganglios mantienen el mismo tamaño o si continúan creciendo, el médico pudiera recomendar una biopsia, que consiste en extirpar una porción pequeña o, más comúnmente, el ganglio completo para ser observado bajo el microscopio y para otras pruebas de laboratorio.

En algunos casos puede que se requiera una biopsia inmediata si el tamaño, textura o localización del ganglio, o la presencia de otros síntomas indica significativamente que pudiera tratarse de un cáncer. Sin embargo, un retraso en el diagnóstico de unas pocas semanas no es probable que sea perjudicial a menos que sea un linfoma de crecimiento muy rápido.