• Fase de acondicionamiento.

Comprende desde el día del ingreso hasta el día de la infusión de progenitores hematopoyéticos. Es la etapa del tratamiento de acondicionamiento. Éste consiste en la administración de quimioterapia y/o radioterapia, según proceda, para acondicionar o preparar la médula para la recepción de los progenitores, así como para la eliminación de las células cancerosas que persistan y para evitar el rechazo de las nuevas células por parte del receptor.

Además se administran tratamientos de soporte como hidratación con abundantes líquidos (sueros), medicamentos que contrarresten los efectos secundarios de los quimioterápicos o de la radioterapia, y tratamientos preventivos diversos. La duración de este periodo variará dependiendo de la enfermedad, del tipo de trasplante y del protocolo que se vaya a utilizar.

Los síntomas que pueden surgir en esta etapa son consecuencia de la toxicidad de la quimioterapia o radioterapia.

Puede aparecer vómitos, diarrea, fiebre, alteración en la percepción de los sabores, y aumento de la sensibilidad olfativa, aumento de la diuresis, la orina es muy abundante, debido al gran aporte de líquido endovenoso (sueros administrados en vena) que se aplican con los tratamientos. Los tratamientos con radioterapia pueden ocasionar eritema (enrojecimiento de la piel) y parotiditis (inflamación de las parótidas).


  • Infusión o trasplante.

Un día o dos tras la finalización del tratamiento quimioterápico y/o radioterápico, dependiendo del tipo de acondicionamiento que haya recibido, se llega al día de la infusión o día "0".

Ante de la infusión se le administrará una premedicación. Con ella puede sentir sueño.

Los progenitores vienen en bolsas o jeringas .Tienen un color rojo (parecido a una bolsa de sangre) o amarillento y un olor característico muy persistente (en el caso de que hayan sido congeladas). Este olor es debido al conservante que se le pone a los progenitores (células madre) para su congelación, llamado DMSO.

El número de bolsas es diferente en cada persona. Depende de la superficie corporal, del número de progenitores que se haya recogido, de la fuente de los progenitores (los de sangre periférica se presentan en más volumen que los de médula o de sangre de cordón), o de si los progenitores han sido tratados antes de la infusión.

Cada bolsa se pasa en 10 minutos aproximadamente, pudiendo parar entre bolsa y bolsa el tiempo que sea necesario.

Durante la infusión se mantendrá el control de la TA (tensión arterial), PVC (presión venosa central), FC (frecuencia cardiaca) y Tª (temperatura). Puede aparecer hipertensión, hipotensión, bradicardia (pulso lento), taquicardia (pulso rápido), reacciones alérgicas al conservante (tos irritativa, sabor medicamentoso, molestias abdominales,…). Todo esto mejora aumentando el tiempo de descanso entre las bolsas. Después de la infusión es normal que la orina esté roja, debido a la hemoglobina liberada en la infusión tras la hemólisis (destrucción de hematíes) que se produce al descongelar los progenitores.


  • Periodo de aplasia.

Esta etapa es la que llamamos de aplasia, es decir las defensas descienden por debajo de los límites normales.

Tras el tratamiento de acondicionamiento la médula habrá dejado de crear células precursoras (células madre) de las diferentes células sanguíneas (hematíes, leucocitos y plaquetas), por lo que éstas irán bajando hasta llegar a los límites mínimos que se prevén en el trasplante. Los leucocitos (defensas) bajarán hasta llegar a 0, salvo en los trasplantes de intensidad reducida (Mini) que no siempre es así. Los hematíes bajan hasta cifras que inducirán a la necesidad de transfusiones, aunque no en todos los casos. Las plaquetas descenderán muy por debajo de las cifras normales, precisando en muchos de los casos, de transfusiones de plaquetas.

En este periodo puede aparecer:

- Anemia, causada por el descenso de los hematíes. Pueden causarle cansancio, palpitaciones, mareos o dolor de cabeza. Se administrarán transfusiones de hematíes mientras sea necesario.

- Riesgo de hemorragia. Motivado por la bajada de plaquetas. Se controlará con las transfusiones de plaquetas.

- Riesgo de infecciones. La falta de producción de células sanguíneas por parte de la médula, entre ellas los leucocitos, hace que el riesgo de infecciones sea mayor. La fiebre es el síntoma de ello. También puede estar provocada por la misma mucositis o las transfusiones de derivados sanguíneos.

- Alopecia. En estos días se inicia la caída del pelo en la mayoría de los pacientes.

- Trastornos hepáticos secundarios a la toxicidad de la quimioterapia/radioterapia u otros tratamientos. Se manifiestan con aumento de la bilirrubina (ictericia, se puede poner amarillo y las orinas son de color oscuro), y dolor abdominal.

- Vómitos. Suelen ir desapareciendo en esta etapa.

- Mucositis. La toxicidad de los tratamientos previos y la aplasia provocan una inflamación de la mucosa del aparato digestivo. Esto puede causar llagas en la boca, sequedad, inflamación de las encías, garganta, lengua, que originan dolor, dificultando la toma de alimentos. También pueden aparecer placas blancas ocasionadas por infecciones por hongos. Es muy importante la higiene y prevención de esto con enjuagues con colutorios y antifúngicos orales (tratamiento para los hongos).

- Diarrea. Motivada por la mucositis a nivel de intestino y también por la toxicidad de algunos tratamientos (quimioterapia, antibióticos, etc.).

- Anorexia. Durante este periodo es normal que pierda el apetito, en muchas ocasiones la ingesta de alimentos será nula. El dolor al ingerir alimentos, además del trastorno que se produce en la percepción del sabor y los efectos medicamentosos le provocan esta inapetencia. Siempre podrá contar con aportes alimenticios presentados de forma líquida que provee el Unidad Clínica de Nutrición y Dietética. Si esto se prolongara y fuera preciso, la nutrición se realizaría por vía endovenosa (igual que un suero pero con todos los nutrientes necesarios, grasas, azucares, proteínas, vitaminas, etc.).


  • Fase de injerto.

El tiempo que tardan los progenitores en anidar en la médula ósea e iniciar la producción de células depende del tipo de trasplante así como de la fuente de estos progenitores.

El tiempo que tarda un paciente en injertar depende de regimen de acondicionamiento y del tipo de trasplante. Será de unos 12-14 días aproximadamente desde la infusión en el caso del trasplante autólogo, 17-21 días en el caso del trasplante alogénico de médula ósea, 11-14 días en el caso del trasplante alogénico de sangre periférica y 25-40 días en el caso del trasplante de cordón.

De todas formas el prendimiento se comporta de manera muy particular en cada paciente pues depende también de múltiples factores personales, como por ejemplo los tratamientos previos al trasplante o durante el trasplante.