Las enfermedades tratadas por el Servicio son:


  • Patología de la Cavidad Oral: Se refiere a las enfermedades o alteraciones que pueden afectar las partes blandas (mucosa, encía, lengua) o partes duras (dientes, huesos) de la boca. El diagnostico se realiza mediante exploración física y radiológica (radiografía panorámica, TAC).

Procedimientos quirúrgicos:

Estos procedimientos se realizan bajo anestesia local en consulta externa o de manera ambulatoria en la unidad de cirugía sin ingreso (UCSI), o en el bloque quirúrgico con ingreso dependiendo de la naturaleza de este y las características del paciente.

  • Biopsias, exéresis de lesiones quísticas y tumorales de los maxilares, labiales y del resto de la cavidad oral.
  • Exodoncia de piezas incluidas (cordales o muelas del juicio, dientes supernumerarios, etc.).
  • Corrección de frenillos linguales o labiales.
  • Tratamientos complementarios de tratamientos ortodóncicos (fenestraciones, tracciones).

  • Tumores de Cabeza y Cuello: Los tumores que afectan a este territorio pueden aparecer derivados de muchas estructuras distintas (piel, glándulas salivares, huesos, mucosas, órbitas, etc.) de forma congénita o adquirida. El diagnostico se basa en la exploración física apoyada en pruebas de imagen (TAC, Resonancia Magnética) y estudios anatomopatologicos (biopsias). El tratamiento de estas lesiones es multidisciplinar e incluye desde el punto de vista quirúrgico no sólo la extirpación de la lesión, sino también la reconstrucción de los defectos creados para aportar una mayor calidad de vida al paciente. En el caso de los tumores malignos en ocasiones es necesario tratar los ganglios linfáticos del cuello ante la posibilidad de diseminación sistémica.

Procedimientos quirúrgicos:

Estos procedimientos se realizan habitualmente bajo anestesia general con ingreso hospitalario, dependiendo de la naturaleza de la patología y las características del paciente.

  • Resección Oncológica de Tumores de Cabeza y Cuello.
  • Reconstrucción funcional y estética basada en técnicas locales, regionales y microquirúrgicas.
  • Vaciamiento ganglionar cervical.
  • Biopsia de ganglio centinela.

  • Traumatismos de la cara: Se refiere a todas las lesiones originadas por traumatismos directos o indirectos que afectan la cara y pueden implicar lesión de tejidos blandos, tales como quemaduras, laceraciones, contusiones y en especial fracturas del macizo facial y la mandíbula. Son consecuencia de accidentes de tráfico, deportivos o casuales (agresiones, caídas, etc.). Es necesario ante todo un adecuado protocolo de actuación, con prioridad del manejo de la vía aérea. Posteriormente se realizará el minucioso tratamiento tanto de los tejidos blandos como de las estructuras óseas afectadas, con el fin de minimizar las secuelas y morbilidad a corto y a largo plazo. El diagnostico se basa en la exploración física y las pruebas de imagen (radiografía panorámica, TAC). El uso de Tomografía computarizada con sistemas de reconstrucción en 3D nos permite diagnosticar de una manera exacta y precisa el tipo de fractura facial y planificar de la misma forma la reconstrucción más adecuada en cada uno de los casos.

Procedimientos quirúrgicos:

El principio universal para el manejo de las fracturas es la alineación y reducción de los fragmentos afectados para facilitar la consolidación ósea (curación). Posteriormente los fragmentos deben mantenerse en la posición correcta mediante el uso de sistemas de osteosíntesis (fijación con miniplacas y tornillos). Para el abordaje quirúrgico de las fracturas empleamos principalmente la vía intraoral, que puede combinarse, si el caso lo precisa, con abordajes a través de los pliegues naturales de la piel de la cara (párpados, zona preauricular, líneas de implantación del cabello, etc.). Estas incisiones siguen las líneas de tensión, lo que nos permite evitar las cicatrices o camuflarlas de manera que sean prácticamente imperceptibles.

Estos procedimientos se realizan habitualmente bajo anestesia general con ingreso hospitalario o en régimen ambulatorio, dependiendo de la naturaleza de la patología y las características del paciente.

-Reducción y osteosíntesis de Fracturas de la cara.

-Reconstrucción funcional y estética de defectos postraumáticos.


  • Enfermedades de las Glándulas Salivares: Se refiere a las alteraciones de carácter inflamatorio y/o tumoral que afectan tanto a las glándulas salivares mayores (parótidas, submaxilares) como a las menores. Pueden tener origen multifactorial y los síntomas o forma de presentación estar relacionada con aumento de tamaño de estas (abultamiento, inflamación) o con su función llevando a aumento o déficit de la cantidad de saliva (sialorrea, xerostomia). El diagnóstico se basa en la exploración física apoyada en pruebas de imagen (Ecografía, TAC, Resonancia Magnética), y citología.

Procedimientos quirúrgicos:

Estos procedimientos se realizan habitualmente bajo anestesia local o general, en cuyo caso puede conllevar ingreso hospitalario o realizarse en régimen ambulatorio, dependiendo de la naturaleza de la patología y las características del paciente.

  • Extracción de pequeños cálculos por técnicas abiertas (drenajes, marsupializaciones).
  • Extracción de cálculos o procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos mediante técnicas endoscópicas (sialoendoscopia).
  • Exéresis de glándulas salivares, que en caso patología tumoral, es el tratamiento de elección (submaxilectomía, parotidectomía) de forma radical o conservadora (con preservación del nervio facial y de otras estructuras relacionadas) según el criterio oncológico lo indique. Dependiendo de la estirpe tumoral, en ocasiones es necesario el tratamiento de los ganglios cervicales para el adecuado control de la enfermedad.

  • Deformidades Dentofaciales: Son todas aquellas alteraciones que por exceso o por defecto, afectan el tamaño y/o la posición de los maxilares. Pueden estar implicados uno o ambos, generando una repercusión directa en la estética facial, así como, trastornos funcionales en la mordida, conocidos como maloclusión (desajuste de la mordida que hace que los dientes "no encajen" correctamente). El diagnostico se basa en la exploración física apoyada en pruebas de imagen (TAC, CBCT).

Procedimientos quirúrgicos:

El grupo de procedimientos destinados a la corrección de las deformidades dentofaciales se denomina de forma genérica cirugía ortognática (maxilares rectos) y tiene como objetivo posicionar los huesos alterados de la forma más adecuada que permita restaurar el equilibrio y la armonía facial.

Estos tratamientos requieren un trabajo conjunto con el ortodoncista, el cual, se encarga de preparar las piezas dentarias nivelándolas y alineándolas para que posterior a la cirugía sean congruentes y encajen a la perfección.

El tratamiento quirúrgico debe ser efectuado bajo anestesia general en un centro hospitalario, y con un equipo formado por un anestesista y tres cirujanos maxilofaciales. Las técnicas de cirugía ortognática consisten en seccionar los huesos faciales (osteotomías) y colocarlos en la posición más adecuada. Dependiendo del caso la cirugía se realizará sobre uno de los maxilares (monomaxilar) o sobre los dos (bimaxilar) y la osteosíntesis (fijación) se hace con miniplacas y tornillos a través de abordajes intraorales que evitan inestéticas cicatrices externas.

  • Cirugía Ortognática Bimaxilar (Maxilar y Mandibular).
  • Cirugía Ortognática Monomaxilar (Maxilar o Mandíbula).
  • Expansión Palatina Asistida Quirúrgicamente (SARPE).

  • Patología de la Articulación Temporomandibular: La patología de la articulación temporomandibular engloba a aquellas enfermedades que afectan al sistema masticatorio y todo lo relacionado con él. Están provocadas por una alteración de los elementos que componen dicho sistema: dientes, encías, mandíbula, maxilar, articulación temporomandibular, músculos y ligamentos. Cuando uno de ellos no funciona correctamente, rompe el equilibrio y obliga a los otros a adaptarse al cambio para mantener la armonía que necesita el sistema masticatorio.

Es importante saber que el territorio facial está ricamente inervado, por lo que los pacientes con problemas temporomandibulares pueden acudir a la consulta por otros tipos de dolor (de oído, de cabeza, de cuello, facial, de mandíbula, de los hombros e incluso de espalda) que sin embargo tienen un mismo origen: la articulación mandibular. La patología articular es, posiblemente, una de las más complejas del territorio facial, por lo que es necesario un tratamiento multidisciplinar coordinado, colaborando con los cirujanos orales y maxilofaciales otros especialistas como odontólogos, fisioterapeutas, anestesiólogos, psiquiatras y psicólogos, protésicos, etc.


Procedimientos quirúrgicos:

Según el diagnóstico y la severidad del problema, el tratamiento es variable, comenzando por un tratamiento conservador con medidas generales higiénico-dietéticas, férula de descarga o medicación y acabando, en los casos más complejos, por la realización de diversos procedimientos quirúrgicos, tanto invasivos como mínimamente invasivos (artroscopia y artrocentesis).

  • Infiltración con Toxina Botulinica: puede estar indicado la infiltración de los músculos de la masticación en casos de Síndromes miofasciales recurrentes y/o Bruxismo severo. logrando de esta forma la relajación de estos. Las molestias son mínimas y el efecto empieza a ser notable a partir del tercer día. El Tratamiento se realiza en 1 sola sesión y tiene una duración que oscila entre los 4 y los 6 meses.
  • Artrocentesis: Consiste en el abordaje externo (a través de la piel) de la articulación temporomandibular mediante agujas o cánulas, con el objetivo de realizar lavados, drenaje y/o infiltración de medicamentos (como antiinflamatorios), ácido Hialuronico, o factores biorregenerativos como el plasma rico en Factores de crecimiento (PrP). Esta indicado en casos de osteoartrosis con o sin bloqueo articular asociado. Es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza en el quirófano, bajo anestesia local y sedación y en régimen ambulatorio, permitiendo la reincorporación temprana a las actividades cotidianas.
  • Artroscopia Temporomandibular. Se realiza mediante abordaje externo, colocando un pequeño tubo delgado (cánula) en el espacio articular, luego se inserta una pequeña cámara (artroscopio) y se usan instrumentos quirúrgicos con el objetivo de limpiar la articulación o reposicionar la estructura de esta si es posible. Se realiza en el quirófano, bajo anestesia general y en régimen ambulatorio o con ingreso dependiendo del tipo de patología. En algunos la cirugía artroscópica puede ser tan efectiva para tratar distintos tipos de trastornos temporomandibulares como la cirugía de articulación abierta, además tiene menos riesgos y complicaciones, pero también tiene algunas limitaciones.
  • Cirugía abierta: Si el dolor en la mandíbula no se resuelve con tratamientos más conservadores y parece deberse a un problema estructural en la articulación, puede ser necesario realizar una cirugía de articulación abierta (artrotomía) para reparar o reemplazar la articulación (colocación de prótesis articular). Sin embargo, la cirugía de articulación abierta implica más riesgos que otros procedimientos y se debe considerar muy cuidadosamente, después de analizar las ventajas y desventajas.

  • Malformaciones congénitas: Son un grupo de defectos causados por el crecimiento o el desarrollo anormal de las estructuras del tejido blando y/o los huesos de la cabeza y la cara. Podemos distinguir dos grandes grupos: las producidas por el cierre precoz de las suturas del esqueleto craneofacial, las craneosisnostosis y faciosinostosis; y las que actualmente se pueden considerar neurocrestopatias, como los síndromes de primer y segundo arcos branquiales y las fisuras orofaciales como la fisura labio palatina. El diagnostico se realiza con la exploración física al nacimiento, aunque hoy en día basado en técnicas de imagen de última generación es posible realizar el diagnostico prenatal intrauterino. EL TAC y la Resonancia Magnética son herramientas útiles para el estudio y planificación quirúrgica.

Procedimientos quirúrgicos:

El tratamiento requiere un abordaje multidisciplinar en el que participan múltiples especialistas tales como cirugía maxilofacial, neurocirugía, pediatría, genética, ortodoncia, entre otros.

Según la gravedad el tratamiento quirúrgico de lleva a cabo en diferentes etapas de la vida, y se completa cuando finaliza el crecimiento.

  • Fisuras labiopalatinas: Las fases de tratamiento pueden ser:
  1. Tratamiento ortopédico prequirúrgico.
  2. Corrección nasolabial (hacia los tres meses de vida).
  3. Cierre paladar (hacia los 10-12 meses de vida).
  4. Injerto alveolar (hacia los 6-9 años de vida).
  5. Retoques estéticos.
  6. Cirugía ortognática.
  7. Rinoplastia.
  8. Distracción ósea de los huesos maxilares.

  • Síndrome de Apnea del sueño: Las apneas, son pausas respiratorias que se dan cuando se bloquean las vías aéreas, si la persona se encuentra dormida pueden ir acompañadas de ronquidos. Hablamos del síndrome de apnea/hipopnea del sueño cuando estas pausas respiratorias se producen varias veces en una hora durante la noche, mientras el individuo se encuentra dormido.

La obstrucción de las vías respiratorias puede hacer que llegue menos cantidad de oxígeno del necesario a los órganos, lo que conlleva consecuencias como: hipertensión arterial, elevando el riesgo cardiovascular, alteración de la memoria y falta de concentración; excesiva somnolencia diurna afectando la actividad diaria.

El diagnostico se realiza mediante la historia clínica y pruebas del sueño (polisomnografía nocturna).

El tratamiento es multidisciplinar implicando el concurso de varios especialistas que conforman las Unidades de Patología del Sueño: Neumologia, Otorrinolaringología, Cirugía Maxilofacial, Neurología, Psiquiatría, Pediatría, entre otros. Algunas medidas sencillas como las que se indican a continuación son recomendadas para el tratamiento de SAHS: perder peso, evitar bebidas alcohólicas por las noches, dormir de lado. Sin embargo, estas medidas no siempre pueden hacer desaparecer el SAHS, y es necesario acompañarlo de la presión continua en vías aéreas (CPAP).

El CPAP es un tratamiento eficaz para la apnea del sueño. Se trata de una mascarilla que proporciona un flujo suave de aire a través de la nariz, que evita el colapso de las vías superiores y así permite respirar mientras duerme con facilidad.

Otra alternativa de tratamiento son los Dispositivos de Avance Mandiblar (DAM). Estos dispositivos facilitan el paso de aire e impiden el colapso respiratorio mientras se duerme. La férula, que debe ser realizada de forma personalizada, se adapta a la boca del paciente y no provoca molestias a la hora de dormir.

Colocados en la boca durante la noche, adelantan la mandíbula y abren la vía aérea facilitando el paso del aire. De esta forma, se eliminan los ronquidos y mejoran los episodios de apnea del sueño.


Procedimientos quirúrgicos:

Los tratamientos quirúrgicos pueden ser opciones complementarias o en algunos casos la primera opción, como ocurre en los pacientes más jóvenes y con enfermedad grave. Estos procedimientos se realizan habitualmente bajo anestesia local o general, en cuyo caso puede conllevar ingreso hospitalario o realizarse en régimen ambulatorio, dependiendo de la naturaleza de la patología y las características del paciente.

-Reducción, corrección o extirpación de tejidos blandos: amígdalas, úvula y paladar blando, septo nasal.

-Cirugía de avance maxilar y mandibular: aumenta el espacio de la vía aérea mejorando el colapso de los tejidos blandos.